jueves, 18 de septiembre de 2014

LA LIBERTAD

Tanto tiempo privados de la libertad, que probablemente se nos ha olvidado cómo se es libre. En La Habana y en Miami. El concierto de esta noche en el Miami Dade Auditorium ha ocupado variados espacios en debates televisivos y otros medios de prensa. 
Ejercen su libertad, muy comprensible, quienes se oponen a la presentación del dúo. Como también la profesan, evidentemente, quienes han decidido asistir al concierto. Entre las dos posiciones hay todavía algo en común: haber nacido en una isla secuestrada desde 1959. Más de medio siglo en el que la dictadura ha practicado de manera insuperable lo de divide y vencerás. 
Se les ha tildado, sobre todo al que habla del dúo, de gentuza, de procastristas. Desde NeoClubPress, el colega Armando de Armas explicaba su preocupación: "Una vez perdimos Cuba y nadie en el mundo mostró mucha tristeza por ello, antes bien se acomodaron al amo. Cuando perdamos Miami, que lo estamos perdiendo, el mundo no mostrará mucha tristeza por ello, antes bien se acomodará al amo, que será mediático y culturoso."
Me pregunto qué nos lleva, obsesivamente, a seguir parcelando. ¿Quién decide qué parte de Miami se cede a los que vienen de Cuba, o qué porción de La Habana se entrega a los cubanos de aquí? ¿No hemos tenido ya suficiente terquedad?
También es cierto que Israel Rojas lo ha servido en bandeja para ser vapuleado. Aunque discrepe de su ideario de panfleto, acepto que cante feliz cumpleaños al dictador. Allá él. Si me parece irrespetuoso e intolerante llamar "puñeteras" a las Damas de Blanco porque no creen en lo que él cree o dice creer. Aunque después negase lo de "puñeteras"Y luego pretender que sus conciertos en Miami no se mezclen con la política. ¿No sabe a dónde viene a cantar?
En reciente entrevista concedida a Lilien Trujillo, para la revista Cuba Contemporánea, Israel negaba que viniera a Miami expresamente a hacer dinero. La periodista proseguía:
"¿cuál es el objetivo primero de estas presentaciones? –Tender puentes, buscar entendimiento. Tratar de demostrar que los que pensamos como yo no somos ogros, no somos inhumanos, estúpidos, carneros, ni vasallos de nadie. Somos personas libres que creemos lo que pensamos porque nos da la gana y estamos dispuestos a escuchar aquello en lo que no creemos con respeto y educación. Voy a Miami a eso, más que a cualquier otra cosa."
Es difícil tender puentes mientras vitoreas a un dictador e ignoras conscientemente los daños que ha causado a miles de cubanos. 

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