miércoles, 19 de diciembre de 2012

Reconciliación

Ciertos viajes se emprenden con la ilusión de apropiarse de un mundo desconocido. Mi último, se inició hace un mes.
Estaba convencida de ir hacia un paisaje ajeno, aunque algunos de los protagonistas me eran propios. Solo nos había separado el no haber vivido por una década  en el mismo espacio.
He tardado más de dos semanas en reponerme. Algunos personajes olvidaron de dónde vinieron, dónde corrían cuando eran niños, quiénes eran sus amigos y que a veces casi nada tenían para comer. Ahora viven confortablemente en un mundo engañoso, como de parque temático.
Durante largas noches sin dormir, resignada me he repetido que las cosas suceden porque deben suceder. Que también yo vivía ajena a unas cuantas realidades, porque la miseria humana no pide permiso para alojarse entre los tuyos.
En medio de un ingente tormento, ya me he reconciliado conmigo misma. El viaje abrió mis ojos.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Bye, bye, blue passport

Llegó el día. Pensaba en algo más ceremonioso, pero la realidad shockea. Larguísima espera de casi sesenta personas que estábamos citadas para la misma hora. Una jueza que nos pide que apaguemos nuestros teléfonos móviles, mientras él de ella suena sin que deje de atenderlo.
No deseaba nada solemne, porque para mí no es más que un mero trámite. Que ni era de allá, ni soy de aquí. Ser española importa para dejar de pedir visa en muchos sitios. Ni más ni menos, en mi caso. Es un desahogo sentir que el mundo es más tuyo, más asequible. Pobre pasaporte azul, ya estás arrinconado.

sábado, 14 de abril de 2012

Azares

No le conozco de nada, y muy poco de su literatura. Creo que alguna vez comencé Tuyo es el reino, pero no sé por qué la dejé.
Con Inventario secreto de La Habana (Tusquet Editores, 2004) todo ha sido diferente: ya la foto de cubierta me enganchó. Vino después, desde las primeras páginas, la belleza del texto sencillo, la envidia de haber querido escribirlo yo:
"¡Qué angustia hay que tener, Dios mío, para andar siempre de bailoteos, con la jarana y la sonrisa en los labios!"
"Me pregunté si no me había pasado la vida esperando, me pregunté más: ¿no sería que en La Habana todo se resumía a esperar, que La Habana se fundó para que todo el que naciera en ella se viera en la obligación de esperar?"
Como el anciano de la foto del cántabro Pedro F. Palazuelos, comencé a subir la escalera de los recuerdos de aquella ciudad. Y no pude detenerme. Descubrí que para Abilio y para mí algunas palabras tienen sentidos paralelos: Marianano, Obelisco, mar. Ambos llevamos 10 años residiendo en Barcelona. Creo que sin ser de ninguna parte, y sin añoranzas. Lo que ha sido, fue. Lo dejamos atrás resueltos, hastiados, porque el tiempo que no se vive no vuelve.
"Y es que en La Habana el tiempo avanza detenido, o no avanza. Somos quizá nosotros quienes intentamos deslizarnos por un inexorable muro de tiempo estancado".

domingo, 8 de abril de 2012

Morirnos de amor y de ganas

Tuvo que venir él, para que yo volviese a La Habana. Con el pensamiento. Sintiendo sus canciones, en la Casa América de Catalunya (Còrsega 299 Entresuelo, 08008 Barcelona), entre viejos conocidos de la Lenin, creí volver a tener 20.
Gerardo llevaba dos años sin viajar, según confesó. Era su primer concierto en Barcelona. Cuando escuché Sábanas blancas, Cuidado cuando corres, o Giovanna, regresé a esa isla tan de él, tan de todos, pese a los perversos que se han obcecado en enseñarnos solo odio, recelos y a ver el enemigo en cualquier otro.




viernes, 6 de abril de 2012

Besos

Parecían salidos de un after. Se besaban caminando, sin parar, uno frente al otro. Ella iba de espaldas, subida sobre unos tacones tremendos. Él, de frente, incitaba. Con sus caricias me hicieron olvidar la aciaga ciudad que en estos días no reconozco. Se ha esfumado aquella Barcelona que me recibió a fines del 2001.
En la urbe del 2012, los políticos luchan por Eurovegas, la gente habla de cómo llegar a fin de mes, de desahucios, de la banca que permanentemente nos sigue robando a todos, de copiosos empresarios que se aprovechan de la crisis, de despidos. Y luego el eco de una machacona cantaleta: "el gobierno no quiere tomar estas medidas, pero no hay alternativas".
Mientras ella y él se siguen besando, ya lejanos, dejo de desvariar. Y vuelvo por fin a mi lectura. Amberes, Roberto Bolaño: "La mierda goteaba de las frases a la altura de los pechos, de tal manera que no puede seguir sentado y me aproximé a la barra".

sábado, 31 de marzo de 2012

La isla de Kami

De manera fortuita, así nos conocimos. Entre cañas, en un bar. Entonces el Kami nos contó de su nuevo proyecto. Es de Pinar del Río, pero en La Habana se ganaba bien la vida con los cocodrilos. En Barcelona, cualquier material le sirve para sus creaciones. Lo aprovecha todo. Ayer inauguró oficialmente su taller: para quienes gusten de lo diferente. Es un buen tipo el Kami, mucha suerte para él.




jueves, 29 de marzo de 2012

Huelga general

Me gusta mi barrio, en huelga. Las terrazas han desaparecido de la Rambla del Poble Nou. He caminado unas dos horas intentando captar cómo lo está viviendo la gente.
Da igual lo que digan después gobierno y sindicatos: cada uno tirará para sí. Soy muy recelosa con las cifras. Pero en la edición digital del diario EL PAIS se leen noticias reconfortantes: "El sector industrial del área metropolitana de Barcelona y la zona petroquímica de Tarragona ha arrancado el día con una actividad mínima después de que sus trabajadores se hayan sumado a la huelga general que han convocado las principales organizaciones sindicales. El paro ha sido masivo en las grandes empresas, sobre todo las del metal, como Nissan, Seat, Ficosa o Valeo, que mantienen totalmente paralizada la actividad".


domingo, 22 de enero de 2012

Silencio

Cuántas veces hemos estado con amigos o conocidos, y alguien hace una pregunta incómoda. De esas que todos preferimos evitar, no responder, cambiar de tema.
El silencio fue durante mucho tiempo la tabla salvadora para quienes vivimos y trabajamos en Cuba. No decías lo que pensabas y te evitabas problemas. Casi todos lo hacíamos, convirtiéndonos en coautores de un gran desmán que ya dura más de cinco décadas.
Pero de un tiempo a esta parte, muchos han olvidado que el silencio es. Y cacarean sin sentido, hasta quedar en evidencia.
Ha muerto un hombre que tenía dos hijos. Silencio. Respeten el dolor del otro. Silencio. No vociferéis vaciedades. Silencio.
Los hacedores de la algarabía coral están defendiendo el rapto de una isla por unos pocos. Esos pocos que cuando hacen (¿hicieron?) algo bien, se jactaron de ser los mejores del planeta. Pero si son condenados por violar los derechos humanos, siempre invocan al, y los otros (el resto del mundo) más.
Quitémonos las máscaras. Silencio. Cada uno asuma su parte de culpa ante esta tropelía que persisten en llamar Revolución. Silencio.