Este post es también de Xenia, y de Garrincha.
En febrero del 2007, tras su concierto en Luz de Gas, Santiago Feliú accedió a responder un cuestionario vía mail. Envié las preguntas sin tener la certeza de que al volver a La Habana, recordara responder.
A pesar de haber construido una carrera bastante larga y consistente, son muchos los que te siguen considerando un “alternativo”. ¿Asumes conscientemente una posición alternativa, o forma parte de los mitos?
Soy un trovador auténtico, vengo de la canción trovadoresca de mi país... Luego me influyó el rock, el flamenco, el folk. Esto le dio cierto rock a mi poética y a mi música, es decir a mi canción.... De ahí lo alternativo.
Alguna vez dijiste que no te importa a dónde van tus canciones. ¿Piensas lo mismo hoy?
Claro que sí. ¿Qué importancia tiene? El caso es que me mantienen literalmente vivo, espero cantar lo más posible porque de los discos cada vez viviremos menos...
¿Qué es La Habana para ti? ¿En qué crees cambiarían tus canciones si vivieses fuera de la isla para siempre?
La Habana es como las ganas de llegar a casa después de un viaje. He vivido fuera de Cuba: España, Argentina, Colombia. Nunca pensé en no volver. Mis canciones tienen del entorno en que viví, dentro y fuera de Cuba.
Desde hace algún tiempo no te escuchamos canciones absolutamente nuevas. ¿Se agotaron los temas o estás demasiado ocupado viviendo?
Eso de hacer canciones buenas no es sencillo. Lo nuevo tiene que estar al nivel de lo hecho o mejor. La verdad es que canto lo mejor que tengo. Ahora estoy cantando cuatro nuevas. Trato de buscar cierta ingeniosidad musical y poética. Los temas siempre están, el tema es lo sorprendente desde la música. Igual las buenas canciones se aprenden a cantar con los años. Ya sé que soy vago, pero espero más de la espontaneidad que del oficio. Me aterra aburrirme.
Hospitalet y Luz de Gas, ¿qué ha quedado en ti de cada uno de estos conciertos?
Me han recibido muy bien, me han pedido otra. Me he sentido bien, ya me invitaron al próximo Barnasants. Yo feliz porque además estoy con mi hijo que vive aquí.
Se ha comentado y comprobado en tus conciertos, que a menudo surge la música primero y va buscando el texto durante un período, hasta que finalmente se encuentran. ¿Hay algún texto que ande buscando su música?
Más bien muchas músicas esperando sus textos. Canto dos en el show. Fluidamente me salen canciones sin palabras. Me acostumbro tanto a cantarlas así, como si así fueran. Escribir me cuesta más, sobre todo cuando estás sujeto a un esquema musical preconcebido y cuando además has dicho tanto, creo. Nada, este año grabo sí o sí.
¿En tu trabajo te satisfacen más las armonías, los textos o la interpretación?
Cada cosa tiene su punto. Pero esa parte de la creación es fantástica.
¿Qué te gustaría que hubiese sido diferente en tu vida?
No sé, no tiene sentido comerse el coco con eso.
Tus conciertos pueden ser, a veces, experiencias desconcertantes: la espontaneidad deviene caos, especialmente cuando repites fragmentos o incluso canciones enteras. ¿Perfeccionismo o confianza en la fidelidad y paciencia de tu público?
Soy todo lo sincero que soy en el escenario, eso el público lo nota y lo agradece.
¿Una canción, solo una, por la que te gustaría que se te recordase?
No me importa, pero si quieres una... Iceberg.
¿Una que no sea tuya y que te hubiese gustado escribir?
Tampoco me importa, pero si quieres...Lucía.
Te propongo una fantasía. En tu obra no pocos textos llevan nombre de mujer. ¿Qué pensarías si, de repente, el mundo se llena de canciones que se llamen “Santiago”, y traten sobre ti?
Espero no estar en este mundo si algo así pasa.
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