domingo, 22 de enero de 2012

Silencio

Cuántas veces hemos estado con amigos o conocidos, y alguien hace una pregunta incómoda. De esas que todos preferimos evitar, no responder, cambiar de tema.
El silencio fue durante mucho tiempo la tabla salvadora para quienes vivimos y trabajamos en Cuba. No decías lo que pensabas y te evitabas problemas. Casi todos lo hacíamos, convirtiéndonos en coautores de un gran desmán que ya dura más de cinco décadas.
Pero de un tiempo a esta parte, muchos han olvidado que el silencio es. Y cacarean sin sentido, hasta quedar en evidencia.
Ha muerto un hombre que tenía dos hijos. Silencio. Respeten el dolor del otro. Silencio. No vociferéis vaciedades. Silencio.
Los hacedores de la algarabía coral están defendiendo el rapto de una isla por unos pocos. Esos pocos que cuando hacen (¿hicieron?) algo bien, se jactaron de ser los mejores del planeta. Pero si son condenados por violar los derechos humanos, siempre invocan al, y los otros (el resto del mundo) más.
Quitémonos las máscaras. Silencio. Cada uno asuma su parte de culpa ante esta tropelía que persisten en llamar Revolución. Silencio.

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